Aprendiendo a través del miedo

Hemos aprendido a creer que la salud es una meta, que si le echamos muchas ganas podemos ser saludables. Aprendimos que la salud se ve de una forma, y que incluso podemos tener control sobre ella... ya saben dieta y ejercicio.


El 3 de enero mi "salud" se vio afectada, de una forma en la que sabía que podría suceder, pero pensaba que a mi no me pasaría simplemente porque era muy poco probable, al final soy "sana" el prototipo de una mujer delgada, que come de todo, suficientes vegetales y pescados, se suplementa y se ejercita, tal vez no constantemente e intensamente, pero sí regularmente. Con un nivel de estrés bastante bajo, que he logrado mediar con terapia y meditación. Mis estudios de sangre siempre tienen glucosa, colesterol, triglicéridos y hormonas y toodo dentro de los rangos establecidos. Sana.

Descubrí en mi pijama, a la altura del pezón izquierdo varias gotas de sangre. Exploré mi piel, pensando que algún barrito de los que llegan a salirme ocasionalmente había explotado. Y... Nada. Busqué a mi ginecóloga que me indicó que no dejara pasar más tiempo y que buscara a la oncóloga. Al día siguiente estaba haciendo mi ultrasonido. Y aunque en imagen no se veía algo muy específico, me pusieron la clasificación de BIRADS 3. Pasé de definirme como sana a no sana en un segundo. 


Todos los estudios de imagen tienen una clasificación de BIRADS, de acuerdo a los hallazgos:

1: Normal
2: Algo benigno.
3: Posiblemente benigno.
4: Sospecha de malignidad. Requiere estudios patológicos.
5: Sospecha alta de malignidad. Requiere estudios patológicos.
6: Maligno.

El posiblemente benigno, en ese momento contaba poco, porque dentro de las posibilidades también estaba la contraparte algún porcentaje de probabilidad de que fuera maligno. Posiblemente no sana. Mi cerebro sólo se concentraba en eso. No saber y conocer las posibilidades, me llenaba de miedo. Miedos que no conocía. Como todos, creo... me generaba ansiedad perder el control. Porque justo, en algún momento había aprendido que la salud se controlaba y ahorita estaba siendo imposible.


No tenía miedo de una cirugía, y creo que tampoco tenía miedo del cáncer, como tal. Tenía miedo a las pérdidas que el cáncer llevaría. Descubrí cosas que me importaban, pero no sabía que me importaban tanto. El miedo fue mi guía de crecimiento. (No todo fue así de romántico, busqué controlar lo que podía de manera obsesiva, como la limpieza... durante al menos el primer mes).


El 7 de enero, tuve consulta con la doctora, obtuvo unas muestras de sangre exprimiendo un poco mi mama, y se enviaron a patología con la esperanza de que las células obtenidas dieran más información sobre el tipo de problema al que nos enfrentaríamos. Los resultados no fueron concluyentes, necesitaba más estudios.


Debo decir que dentro de los diagnósticos posibles no sólo estaba cáncer.

Las otras posibilidades eran:

Papiloma intraductal: una verruga que sale dentro de los conductos.

Ectasia ductal: cúmulo de células muertas que taponan un conducto.


El 20 de enero me hicieron mi resonancia magnética con contraste. BIRADS 4. 

Resonancia magnética con contraste.

Se observaba un nódulo de 3 x 9 mm, a 2.3 cm del pezón. Necesitaba cirugía para realizar una biopsia y poder tener el diagnóstico final. La cirugía constaría de poner un arpón (aguja con un alambre que percibí enorme). que marcaría el lugar del nódulo para que la cirujana pudiera hacer el corte y extraerlo en su totalidad.

Esperando la cirugía.

Ya habían pasado varios días y no sabía realmente nada de lo que pasaba con mi mama.  Y en este tiempo sólo pensaba. Ok, calma no hay diagnóstico. Sí hay algo pero no sabes qué es... Además, hay muchas cosas que puedes sentir de tu cuerpo que sí están bien. Sólo porque una mama sangre no significa que todo no está funcionando. Aquí me di cuenta de que la salud y la enfermedad no son un estado absoluto. Creo que muchas veces, en el mundo en donde necesitamos clasificar todo, es fácil caer en descripciones absolutas como el ser saludable o ser enfermo. Los que tienen consulta conmigo, saben de lo que  hablo: El mundo de las dualidades que realmente no existen. (Sólo existen por practicidad, porque a nuestro cerebro le cuesta menos trabajo entender así). Sin embargo, casi siempre la vida transita en todo lo intermedio... lo mismo pasa con la salud.

Al mismo tiempo, aunque no me estuviera definiendo por este suceso, la carga mental definitivamente no me estaba dejando trabajar como realmente lo hago. Tuve insomnio desde el primer día de sangrado hasta el día del resultado de la biopsia... Tal vez notaste que ya no publicaba en instagram tan seguido y definitivamente hubo una productividad de 0 reels en este tiempo. Mi disponibilidad en consulta estaba un poco más saturada, no por pacientes sino de tiempo que quise darme a mi.  Incluso es posible que si tuviste consulta conmigo, me hayas notado un poco dispersa. (Lo siento).


Fue un tiempo para reconectar con otros y conmigo. Descubrí que a veces es más fácil ser vulnerable, con personas desconocidas o lejanas. Y que éstas pueden hacerse más cercanas que incluso aquellas personas que considerabas amistades.



Me di cuenta de lo fácil que es compartir una buena noticia y de lo complicado de compartir una no muy buena. Y de la incomodidad que genera poder tener palabras de consuelo y confort para responder a la noticia. Entendí que cada quién da lo que puede y que está bien recibir lo poco o lo mucho de entrega de cada persona que conoció sobre este suceso de mi vida. Comprendí que lo que los demás dan, no tiene que ver conmigo. Pude ver que una gran mayoría, tiene miedo de ESTAR para alguien que pasa un momento complicado. Y no juzgo, confieso que fui la primera en querer salir huyendo de mi cuerpo para no tener que lidiar conmigo, con esa pequeña partecita que estaba definiendo tanto. Pero me tocó estar, ahí presente.

En esa presencia descubrí mis grandes deseos. Esa bolita de 3x9 mm ha sido un parteaguas para mi autoconocimiento a través de mis miedos. 

Me di cuenta que ser mamá es algo que realmente deseo, porque mi primer pensamiento después de saber que una de las posibilidades era cáncer, fue "qué bueno que cuento con ahorros para congelar mis óvulos, si necesito tratamiento". 

En esta presencia con la enfermedad pude agradecer también. No dudé ni un segundo en acudir al médico, en agendar mis estudios. Soy afortunada, en ser dueña de mi tiempo, en estar en el medio de la salud con excelentes médicos y recomendaciones, en poder darme un día o varios de descanso, en tener ahorros, de tener un seguro de gastos médicos privado, en tener ingresos que me permiten hacerme estudios sin tener que esperar. Cosa que gran parte de la población en México y me atrevería decir el mundo, no.

Pude darme cuenta que daba por sentado mi cuerpo físico y su apariencia, porque si la situación me llevaba a perder una mama, me sentiría mucho menos atractiva. (No me había dado cuenta de cuánto poder le pongo a mi cuerpo físico, siendo que ni siquiera soy partidaria de la idea de que es "tu carta de presentación"). Me hice más consciente de que tal vez está bien dejar que mi carta de presentación cambie... porque mi presentación son miles de otras cualidades más que me hacen realmente yo.


Aún reflexiono mucho sobre el suceso. Me he dado cuenta que la salud y la enfermedad no son un destino y que no definen quiénes somos, simplemente limitan algunas cosas pero potencializan otras. Y que después de todo, no debo presionarme tanto por el futuro, mientras me mantenga consciente sobre mi presente.



Sayuri Imuro

Lic.en Nutrición